Kumari está casada con Dhruvan de Kanjirangattu Tharavadu, una tierra maldita más allá de Illmayi, en el oeste. Mientras Kumari encuentra su zona de confort en su nueva familia, llena de misterio, mitos y supersticiones, también se da cuenta de que la gente de allí está cegada por la fe y la hechicería, dispuesta a sacrificar sus vidas para preservar la tradición, la prosperidad y la paz.