Los artistas de un modesto circo ambulante viven una precaria situación económica. En una situación similar, se salvaron gracias al desgraciado accidente de un muchacho que se rompió una pierna haciendo un número de trapecio y a la subsiguiente función a beneficio del accidentado. Acuciados por la necesidad, deciden engañar a un chico del pueblo, medio tonto, al que convencen de que el triple salto mortal es muy sencillo de realizar. Todos están convencidos de que se caerá sin remedio