Palencia, España, a finales de los años noventa. Mientras Gema y Toribio, que viven en su propia nube de precaria felicidad, sonríen siempre estúpidamente como si tuvieran que disculparse por algo que en realidad no han hecho, su pequeño hijo Martín sufre, cada día en el colegio, un calvario insoportable, trágico pero también cómico, del que ellos, una pareja de simplones soñadores, no son conscientes.